Adriatic Golf Club Cervia Cervia-Milano Marittima

Diga la palabra «Romagna» y lo primero que le vendrá a la mente será la Riviera con sus kilométricas playas, sus deliciosos bocadillos de piadina y la capacidad de los nativos para satisfacer las necesidades de los miles de turistas internacionales que cada año la eligen para sus vacaciones. Por esta razón, la región no podría estar sin un campo de golf de primer nivel. Por ello, en 1984, a petición del Ayuntamiento de Cervia y gracias a la iniciativa de muchos empresarios turísticos locales, nació el Club de Golf del Adriático que, a sus 18 hoyos iniciales, añadió en 2004 otro campo de 9 hoyos. El campo se encuentra en 100 hectáreas de terreno completamente llano en un entorno natural prístino a 500 metros del mar: los primeros 9 hoyos (ruta roja) están enclavados en un exuberante pinar entre Cervia y Milán Marittima, los segundos 9 (ruta azul) presentan fairways más abiertos y sobre todo están surcados por importantes obstáculos de agua de estilo americano: el más reciente, la ruta amarilla, tiene el aspecto de los links escoceses. Sólo los árboles, el campo y la fragancia del mar: no hay construcciones que perturben la línea de visión del golfista durante los partidos; la moderna casa club con su techo de tejas rojas se adapta bien al paisaje: una bebida quizás al atardecer es muy recomendable en la terraza que da a las rutas de juego y al gran lago que hace más difíciles los últimos hoyos de las rutas Amarilla y Azul. Detalles técnicos Campo: 3 x 9 hoyos, 6272 metros. Rosso- Blue, Par 72, 6037 m / Giallo – Rosso Par 71, 6044 m Arquitecto: Marco Croze Topografía: calles planas y ondulantes, gruesos rugosidades. Características distintivas: juego muy agradable, entre Scottish Links y American Parkland. Comentarios de profesionales Tres rutas de 9 hoyos que no debes pasar por alto, donde la precisión extrema es necesaria (7º y 8º hoyos en la ruta roja), estarás jugando hoyos donde la fuerza es un buen recurso para tener (11º y 16º en la ruta azul) y estarás golpeando en el viento en la ruta amarilla donde la brisa marina está a menudo al mando: ver para creer.